martes, 1 de diciembre de 2009

Asturias se apunta a la movilidad eléctrica


El ayuntamiento de Gijón ha puesto en marcha una iniciativa, el Proyecto LivingCar, por el cuál irá introduciendo vehículos eléctricos con sus respectivos puntos de recarga, para que los habitantes se vayan acostumbrando a la nueva tecnología “verde”.

Los primeros en recibir uno de estos pequeños vehículos eléctricos, han sido la fundación Prodintec, una empresa, que como tantas otras de esta región, están realizando pedidos a Think, una de las “marcas eléctricas” que veremos dentro de poco circulando con normalidad por todas nuestras ciudades ya que tienen preparados otros 549 vehículos para comercializar en España.

Esta fundación, como el resto de empresas que adquieran este tipo de vehículos, recibirán ayudas por parte del Proyecto Movele, un proyecto impulsado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del Ministerio de Industria. Las ayudas que se reciben van desde los 750 euros hasta los 20.000 euros. Cómo no, los particulares también están dentro del Plan.

El Think City se presentó en el pasado Salón de Ginebra, junto con otros modelos también eléctricos. Dentro de este pequeño “enchufado” nos encontraremos con el aspecto de un coche al uso, montando elementos de seguridad como el ABS. Y como está pensado para circular principalmente por la ciudad, su equipamiento incluye sistema de navegación, radio CD con USB, MP3, Bluetooth, y aire acondicionado.

Dispone de una autonomía de 200 kilómetros y es capaz de alcanzar los 100 km/h, por lo que salir a las carreteras de circunvalación con el Think City, no es un problema de seguridad. La aceleración de 0 a 100 km/h se realiza en 10 segundos y es capaz de funcionar con tres tipos de baterías, incluyendo las de sodio.

Como buen vehículo ecológico, sus piezas se reciclan en un 95% y por su puesto, no emite gases contaminantes, ni de ningún otro tipo. Gracias a que no emite ruidos, circula en silencio, esto también hará que disminuya el nivel acústico de las ciudades y sean lugares mucho más agradables y silenciosos.

Si comparamos el Think City, con otros vehículos de combustión, como por ejemplo con un Citroën C1, los resultados son los siguientes; con una diferencia de precio de 16.540 euros (con ayuda incluida), suficiente para pensárselo, nos costaría por el contrario 0,45 euros cada 100 km circular en el eléctrico, mientras que en el C1 el coste es de 4,05 euros a los 100 km (sólo considerando repostajes).

Entonces, ¿cuántos kilómetros hemos de circular con el Think City para amortizar su elevado precio? Pues nada menos que 460.000 km. El precio del Think City es de 31.500 euros que se ven reducidos en 6.300 euros gracias al Proyecto MOVELE de ayudas del Estado a los coches de emisiones cero.

Ahora la decisión está en nuestras manos, invertir en un vehículo eléctrico o seguir con los pequeños urbanos al uso. Hay que tener en cuenta que el Citroën C1 es un turismo muy esencial y no puede tener los mismos elementos de equipamiento que sí tiene el eléctrico noruego.

Esperemos que este tema de los vehículos eléctricos siga “tirando” hacia delante, que tengamos donde elegir y que los ayuntamientos “se lo curren” en cuanto a el sistema de carga de electricidad por la ciudad. Y no olvidemos que existen las bicis eléctricas y los scooters movidos por la misma energía.

Via: Motorpasion
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La Antártida escapa al cambio climático gracias a su agujero


A pesar de sus consabidos efectos nocivos en cuanto a las radiaciones ultravioleta, los expertos sostienen ahora que el agujero en la capa de ozono lleva 30 años protegiendo a la Antártida del deshielo producido por el cambio climático.

Así lo asegura el último estudio del Comité Científico de la Investigación Antártica (SCAR, siglas en inglés), titulado "Medio ambiente y cambio climático en la Antártida", que recoge los datos recabados por un centenar de científicos especializados en el continente blanco y en el que destaca la participación del British Antarctic Survey (BAS).

Si hace 25 años el mundo ponía en el punto de mira al recién descubierto agujero en la capa de ozono y los líderes de las grandes potencias se reunían en Montreal (Canadá) para frenar su expansión, los científicos revelan ahora cómo este fenómeno ha sido capaz de crear un escudo que amortigua el impacto del calentamiento global en la Antártida.

Incidencia de los vientos fríos

Según informó hoy el BAS, el proceso es muy sencillo: el agujero ha intensificado la incidencia de los vientos fríos en torno al continente helado, en especial los procedentes del polo sur (denominados "vórtex") y los de poniente, contribuyendo al mantenimiento de las temperaturas habituales de la zona.

No obstante, no todas las regiones se han beneficiado igualmente, ya que la Antártida Occidental (tradicionalmente más afectada por el deshielo) y la costa más oriental de la Península Antártica sí han registrado un aumento "leve" de las temperaturas, sobre todo en los meses de verano.
En opinión del profesor John Turner, miembro del BAS, se trata de "una prueba asombrosa de cómo un fenómeno medioambiental creado por el hombre ha sido capaz de aislar a la Antártida del calentamiento global".

Aumento de 3 grados en la temperatura

No obstante, el estudio recuerda que a lo largo del presente siglo el agujero en la capa de ozono se irá "sanando", con lo que el efecto invernadero podría comenzar a acechar al continente blanco en las próximas décadas y provocaría el aumento de las temperaturas de la zona en 3 grados centígrados.

Respecto al deshielo del continente, los científicos aseguran que el grueso de la capa de hielo antártica no ha mostrado grandes cambios en los últimos años, pero advierten de que en zonas puntuales, como la costa más oriental de la península antártica o la más occidental del continente, sí se percibe al adelgazamiento de la superficie helada.

Este estudio multidisciplinar también advierte de que el océano Antártico que rodea el continente homónimo está experimentando un calentamiento mayor al del resto de los océanos por las aportaciones de la Corriente Circumpolar Antártica, la más larga del mundo, que incide cada vez más en la Antártica empujada por los vientos de poniente.

De este modo, los expertos calculan que la pérdida de masa de hielo en la zona occidental del continente podría provocar el aumento del nivel del mar en 1,4 metros para 2100.

Asimismo, el informe también llama la atención de la comunidad internacional ante el rápido crecimiento de los niveles de dióxido de carbono de la zona, que aumentan en la actualidad "a un nivel nunca visto en el pasado geológico reciente". En concreto, los científicos aseguran que no se había experimentado un crecimiento similar en los últimos 800.000 años.

Via: Ecodiario