lunes, 7 de diciembre de 2009

Los Ecologistas ganan el duelo contra la Formula 1


El presidente del Consejo General de la región de Yvelines, al oeste de París, acaba de anunciar el abandono definitivo del proyecto de construcción de un circuito de Fórmula 1 que estaba previsto en el pueblo de Flins.

La movilización de los colectivos locales y las organizaciones de protección del medioambiente consiguió hacer reflexionar al gobierno y al consejo general de la región para que, finalmente, tomaran la decisión más adecuada. Las tierras, que habían sido objeto de una recalificación previa y que en un principio estaban destinadas a la agricultura ecológica y eran gestionadas por una organización sin ánimo de lucro dedicada a la gestión y el desarrollo rural (SAFER), serán devueltas a ésta para que ponga en marcha el desarrollo del proyecto agrícola.

La asociación "Flins sans Circuit F1", nacida a raíz del proyecto de creación del circuito automovilístico, se congratula de la decisión y de la devolución de las tierras agrícolas a la SAFER. "Al fin se ha impuesto el sentido común" declara un portavoz de la asociación, que ya había advertido de "los riesgos de contaminación de las capas freáticas, de la contaminación acústica y de la amenaza que el proyecto del circuito suponía para la biodiversidad del lugar"

A raíz de esta victoria ecológica, la asociación “Agir pour l’environnement” (actuar por el medioambiente) quiere llamar la atención sobre “decenas de proyectos dañinos para el medioambiente que siguen presentes en los despachos del gobierno y de las colectividades locales”, proyectos de autopistas, aeropuertos e incluso minas de carbón.

Según “Agir pour l’environnement”, la Cumbre de Copenhague comienza a dar sus primeros frutos y hace que ciertos proyectos de muy dudosa viabilidad medioambiental dejen de contar con la aceptación de los ciudadanos.

La creciente sensibilización ecológica de la opinión pública somete a presión a los responsables políticos. El abandono del proyecto de circuito de Fórmula 1 de Flins es un claro ejemplo de que la movilización ciudadana es capaz de impedir que ciertos proyectos salgan adelante.

Via: Ladyverd