sábado, 31 de octubre de 2009

Los molinos eólicos matan menos aves que las centrales térmicas


La energía eólica siempre ha sido acusada, desde varios sectores, de dos cosas, que estropea el paisaje y que las turbinas matan a las aves. El argumento del paisaje es algo subjetivo. Con respecto a que causa la muerte de muchos pájaros hay varios estudios que demuestran lo contrario.

Según un estudio de 2008 al menos 950 especies de aves interiores y alejadas de los trópicos se verán amenazadas de extinción como consecuencia del cambio climático, incluso considerando la estimación más conservadora de aumento de la temperatura.

Si nos fijamos en las especies de aves cercanas a los trópicos, además tendremos que hablar de la amenaza de la constante deforestación que pone en peligro el hábitat de forma más directa, y acelera aún más el calentamiento global. De manera que el total de especies amenazadas llegaría a las 1.800.

En otro estudio, éste del Consejo Nacional de Investigaciones de EEUU, contabilizaron el total de muertes de aves por origen humano, y encontraron que las producidas por los choques con las turbinas de viento tan sólo representaban una pequeña fracción de las muertes. Sólo 3 de cada 100.000 muertes de pájaros por acción del hombre fueron provocadas por las turbinas. Los gatos y los edificios eran mucho más mortiferos para las aves.

Sin embargo, el Instituto Heartland, un grupo conocido por ser negacionista del cambio climático edita boletines periódicos para mantener viva la idea de que los parques eólicos son máquinas de matar aves. Para su afirmación utilizan el parque de Altamont Pass, que según ellos mata a 4.700 aves al año. Otros sectores están en total desacuerdo, sobretodo si tenemos en cuenta el recuento original de NREL que reduce la cifra hasta 96 muertes. Desde la organización Defenders of Wildlife aseguran que prácticamente todas las muertes ocurrieron en las turbinas más obsoletas contruidas en los años 70.

En ocasiones se ha dicho que la construcción de nuevas turbinas genera demasiado CO2. Para rebatir este argumento se puede afirmar que la fabricación de aerogeneradores y la construcción de plantas de energía eólica en conjunto sólo suponen cantidades mínimas de CO2. Si analizamos las emisiones a lo largo de la vida útil de estos molinos, encontramos que las emisiones de la energía eólica son solamente el 1% de las producidas por el carbón y el 2% de las producidas por el gas natural, por unidad de electricidad generada.

Via: Eco13
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