lunes, 7 de junio de 2010

Los británicos convertirán su basura en pellets


La producción de basura parece haber excedido la capacidad de los británicos de reciclarla. Además, con un territorio limitado, la solución de construir más vertederos está completamente descartada. Por eso, las autoridades han decidido convertir la basura doméstica en pellets y exportar este combustible al continente, donde pueden venderla a países como Alemania y Holanda.

Los ayuntamientos convertirán los desechos domésticos en pellets de alta densidad energética a través de una serie de procesos como la densificación, la deshidratación y la presión. Los pellets resultantes podrán usarse directamente en una caldera de biomasa para generar calor o en una planta termoeléctrica para producir electricidad a partir del vapor producido.

La utilización de la basura doméstica como fuente de energía todavía no ha recibido la atención que merece. En muchos países en desarrollo, estos procesos de transformación se han usado durante mucho tiempo, sin embargo, en la Unión Europea, posiblemente a causa de estrictas legislaciones medioambientales, no se han convertido en una posibilidad. Actualmente, es ilegal exportar basura a otros países.

Ante este panorama y la dificultad de reciclar o de disponer de más vertederos, producir pellets y venderlos parece la mejor solución. La basura doméstica se puede convertir en una excelente fuente de energía si los procesos de transformación se realizan de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente: si se aumenta la capacidad de energía y disminuyen las emisiones de CO2. Los procesos pueden incluir tratamientos antes de convertir la basura en pellets o usar microbios para modificar las propiedades de la basura que reduzcan su huella ambiental.

La producción de basura parece haber excedido la capacidad de los británicos de reciclarla. Además, con un territorio limitado, la solución de construir más vertederos está completamente descartada. Por eso, las autoridades han decidido convertir la basura doméstica en pellets y exportar este combustible al continente, donde pueden venderla a países como Alemania y Holanda.

Los ayuntamientos convertirán los desechos domésticos en pellets de alta densidad energética a través de una serie de procesos como la densificación, la deshidratación y la presión. Los pellets resultantes podrán usarse directamente en una caldera de biomasa para generar calor o en una planta termoeléctrica para producir electricidad a partir del vapor producido.

La utilización de la basura doméstica como fuente de energía todavía no ha recibido la atención que merece. En muchos países en desarrollo, estos procesos de transformación se han usado durante mucho tiempo, sin embargo, en la Unión Europea, posiblemente a causa de estrictas legislaciones medioambientales, no se han convertido en una posibilidad. Actualmente, es ilegal exportar basura a otros países.

Ante este panorama y la dificultad de reciclar o de disponer de más vertederos, producir pellets y venderlos parece la mejor solución. La basura doméstica se puede convertir en una excelente fuente de energía si los procesos de transformación se realizan de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente: si se aumenta la capacidad de energía y disminuyen las emisiones de CO2. Los procesos pueden incluir tratamientos antes de convertir la basura en pellets o usar microbios para modificar las propiedades de la basura que reduzcan su huella ambiental.

Vía: Ison21

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