El cáñamo, lejos de hundirse en los ámbitos de la droga, es utilizado para muchísimas más cosas de gran utilidad, como pueden ser la ropa, instrumentos musicales, muebles, papel, cuerda, carburante, fertilizante, en alimentación, higiene, medicina y algunas más. Últimamente se viene utilizando también para como material para la construcción sostenible.
Debido a sus propiedades, barato, duradero, eficiente energéticamente, no tóxico, resistente al moho, libre de plagas y resistente a las llamas, es una opción casi perfecta para construir hogares, por ello en toda Europa ya se han construido decenas de casas de cáñamo, proporcionando una alternativa ecológica a los materiales de construcción usuales.
Las paredes de cáñamo respiran. La elaboración de ladrillos a partir de este material es sencilla y de bajo coste. Sólo hay que moler los tallos y mezclarlos con cal y agua para lograr una pasta que al endurecerse es tan fuerte como el hormigón y que también permite fabricar baldosas para el suelo. El resultado es una vivienda bien aislada durante todas las estaciones del año, lo que reduce considerablemente la factura de la luz.
Con todo, el cáñamo podría convertirse en el material de construcción a gran escala. Algo que eliminaría de nuestras viviendas sustancias dañinas como el amianto, el plomo, el arsénico o el formaldehído presentes en los materiales habituales y que afectan negativamente al medio ambiente y a la salud. Además, el cáñamo es fácil de cultivar, requiere poca agua y absorbe buena cantidad de dióxido de carbono, lo que lo convierte en gran aliado en la lucha contra los gases de efecto invernadero.
Al parecer todas son ventajas, habría que estudiarlo con más detenimiento, pero esta claro que puede ser una gran opción de cara al futuro.
Vía: Ecogaiga
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