Japón ha reconocido ante la Agencia Atómica de la ONU que 28 de los trabajadores que permanecen en las labores de mantenimiento y reparación de la central nuclear de Fukushima han recibido altas dosis de radiación.
De las 300 personas que trabajan en el lugar, azotado por un fuerte terremoto primero y un tsunami posteriormente, ese grupo de 28 han recibido más de 100 milisieverts (mSv). Aún así, y como aseguran las autoridades niponas "ningún trabajador ha recibido una dosis por encima del valor guía de Japón de 250 mSv que limita, según el Ministerio de Sanidad, la presencia de los trabajadores de emergencia". La dosis media de un trabajador de la central nuclear es de 50 milisieverts.
El mes pasado, dos trabajadores fueron evacuados después de recibir una radicación de hasta 180 milisieverts en los pies, lo que les produjo quemaduras y su ingreso. En total, más de 15 personas han sido hospitalizadas a causa directa de la radiación de la central.
Por otra parte, las autoridades sanitarias del país también contemplan otro tipo de medida, en este caso preventiva: recoger muestras de sangre de los trabajadores de la planta nuclear para que puedan contar con una fuente de células madres propias con las que poder reconstruir su médula espinal en el caso de que la radiación les haga necesitar algún tipo de trasplante en el futuro.
Por otra parte desde Japón anuncian que combustible nuclear parcialmente fundido podría estar acumulándose en la base de los reactores de la central de Fukushima y estabilizar sus reactores llevará entre dos y tres meses, indica un informe de la Sociedad de Energía Atómica de Japón.
El organismo de expertos encargado de vigilar la utilización segura de la energía nuclear afirma en el informe que el combustible fundido se encontraría en la base de las vasijas de contención de los reactores 1, 2 y 3.
No obstante, sus conclusiones destacan que el material radiactivo se mantiene a baja temperatura relativamente, lo que reduce el riesgo de sobrecalentamiento y de que dañe la contención de hormigón que evita una contaminación masiva en el terreno.
En el informe, citado por la agencia local Kyodo, se subraya que las posibilidades de una reacción en cadena del combustible fundido son mínimas.
Asimismo, el vicepresidente de la organización, Takashi Sawada, adelantó que serán necesarios al menos dos o tres meses para estabilizar las barras de combustible.
Además, Tepco lanzará sacos con zeolita, un mineral que absorbe materiales radiactivos, en la costa de la central para evitar la extensión de la contaminación, que no obstante ha descendido.
Hoy se siguió inyectando nitrógeno para prevenir una explosión de hidrógeno en la unidad 1, mientras la Agencia de Seguridad Nuclear sigue barajando la posibilidad de hacer lo mismo con las unidades 2 y 3.
Otra de las tareas en proceso es drenar agua altamente radiactiva del reactor 2, algo que podría retrasarse hasta que sea posible trasvasar parte de ese líquido a tanques de acero especiales.
Vía: El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario