sábado, 21 de noviembre de 2009

El diseño del automóvil se convierte en el nuevo aliado del medio ambiente


Los fabricantes ofrecen soluciones para un futuro sostenible. Rebajan emisiones contaminantes aunque no cortan de raíz la dependencia de combustibles fósiles. La puesta en escena de vehículos híbridos, eléctricos o propulsados con biocarburantes no ha hecho más que comenzar. Los híbridos tienen más posibilidades a corto plazo.

Los consabidos límites para el diseño que acompañan a los periodos de crisis parecen haber perdido fuerza durante el año en el sector del automóvil. Los fabricantes han saltado por encima de usos habituales y se han introducido de lleno en soluciones capaces de ofrecer un futuro sostenible y, sobre todo, limpio de emisiones contaminantes.

La puesta en escena de tantas clases de vehículos: híbridos, eléctricos, propulsados con biocarburantes, etc., no ha hecho más que comenzar, pero la carrera es a contrarreloj y la industria del automóvil está desarrollando e innovando a toda máquina en distintas direcciones.

No todas las tecnologías, ni siquiera todas las alternativas energéticas, serán viables en el futuro, pero hoy ayudan a dar pasos importantes.

Las cifras no hacen sino avalar y acelerar las propuestas en lo relativo a la contaminación. Si tenemos en cuenta que en el año 2030 habrá más de mil millones de coches circulando por las carreteras de todo el mundo, que los gases de efecto invernadero en la atmósfera han aumentado más en los últimos diez años que en los 40 anteriores, que cada año se producen 4,4 millones de coches y que el 13% del CO2 que se emite a la atmósfera procede de los vehículos particulares, no será descabellado buscar soluciones inmediatas y asumirlas.

Tendencias

Medidas, ayudas institucionales y los mismos salones de automóviles han ayudado recientemente a creer en la viabilidad de un futuro cercano de coches eléctricos, sin embargo, con un ambiente tan electrizante, era de esperar que también hiciera acto de presencia alguna compañía, poco versada en cuestiones de automoción, pero experta en electricidad, sobre todo en cómo producirla y comercializarla.

Un gigante como la alemana E.ON, una de las mayores eléctricas de Europa, hizo acto de presencia en el Salón de Frankfurt y sus directivos no hablaron de cilindros, ni de centímetros cúbicos, ni de caballos, sino de vatios, y en su máxima expresión: kilovatios, megavatios, gigavatios.

Sus cálculos no han dejado de impresionar a los defensores de lo “limpios” que son los vehículos eléctricos, ya que, según sus estudios, emiten 75 gramos de CO2 por kilómetro de media, cifra que se obtiene al tener en cuenta las emisiones de CO2 de su mix de centrales productoras de electricidad.

Porque una cosa es no poder rebatir que un coche eléctrico no emite gases tóxicos, ni CO2, y otra muy distinta no tener en cuenta la forma en que se ha obtenido la energía eléctrica que mueve un coche Zero Emissions. Y quizás ese planteamiento, tal y como son hoy las cosas y según anuncia la propia E.ON, sea igualmente válido para los coches propulsados por hidrógeno, sea negro, extraído a partir del gas natural, o verde, obtenido de la electrólisis del agua mediante energías renovables.

A corto plazo

Tal y como están las cosas, parece que todos los actores han de seguir moviéndose para desvelar el futuro, tanto empresas productoras de electricidad, como fabricantes de automóviles.

No obstante, ambos sectores, así como los fabricantes de componentes, han optado por tomar iniciativas para reducir la contaminación mediante el desarrollo y utilización de tecnologías que, a pesar de no cortar de raíz la dependencia de los combustibles fósiles, se van rebajando porcentajes, tanto de consumo como de emisiones nocivas.

Pese a todo, hasta que llegue el día en que el hidrógeno o la electricidad se hayan desarrollado convenientemente, los híbridos pareces ser los que tienen más posibilidades de futuro.

Via: Intereconomia

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