viernes, 13 de noviembre de 2009

Playa restaurada, desastre ecológico


El verano de España es uno de los más populares del mundo. Turistas de todo el planeta se desplazan a las costas del país para disfrutar del sol y la brisa del mar, lo que genera el 10% del PIB anual de España. Pero para que las playas resulten tan atractivas, el Gobierno invierte cada año millones de euros en añadir arena a las costas, ya que la mayor parte de ellas padece graves problemas de erosión. Y eso, denuncian los expertos, genera graves problemas económicos y medioambientales.

La dinámica natural de las playas está sujeta a procesos naturales de aporte y retirada de arena. Los ríos proveen de sedimentos a las costas y el oleaje los redistribuye a lo largo del litoral. Sin embargo, la presión urbanística y los embalses y presas dispuestos a través de los cauces fluviales reducen el aporte de arena a las playas. Este proceso provoca que gran parte de la línea de costa se vaya retirando, lo que genera que las playas sufran déficit de arena. Ante esta situación, el Gobierno lleva años aportando áridos para paliar el problema, una solución que tanto ecologistas como investigadores consideran inútil, ya que no resuelve la situación a largo plazo.

Equilibrio roto

Una playa puede sufrir un déficit de arena natural debido a que el aporte que recibe es menor que la pérdida por el oleaje al que está sujeta. El problema es que la mayor parte de la costa española sufre pérdidas debido a que su balance de arena ha sido alterado por la acción del hombre. En estos casos, las administraciones actúan para no perder ancho de playa aportando arena procedente de canteras o de arenales submarinos. Pero si la playa padece un déficit crónico, la arena no se mantiene en la costa, lo que provoca que, al cabo de un tiempo, vuelva a ser necesario un nuevo aporte de áridos. "Es raro que la arena de una playa regenerada aguante más de cinco años", declara el presidente de la Asociación Española de Geomorfología, Javier García Prieto. "Son soluciones en las que prima la inmediatez y que en la última década se aplican de forma sistemática, sobre todo donde hay turismo", añade García.

"Este tipo de obras son un gasto inútil, ya que sólo actúan como un parche", alega el investigador de Ciencias Marinas de CSIC, Rafael Sardá. El aporte de áridos trata de imitar la función natural de los ríos y el oleaje, pero si no se restaura esa función, "la arena que se aporte un verano se perderá con el siguiente temporal", añade Sardá.

Sólo entre 2004 y 2008, los proyectos de regeneración aprobados por la Dirección General de Costas suponen un aporte de 4.345.111,5 m3 de arena a la costa -esta cifra no incluye las obras que no detallan la cantidad específica de sedimentos suministrados-. Si cada unidad de arena cuesta entre seis y siete euros, la inversión total supera los 280 millones de euros. A esta cifra hay que sumar los más de 220 millones de euros invertidos en proyectos que se están ejecutando actualmente y los más de 200 millones de euros que corresponden a obras pendientes de contratación. En total, el Gobierno ha invertido desde 2004 más de 700 millones de euros en proyectos sujetos a una fuerte temporalidad.

Gestión fragmentada

La competencia de costas está dividida entre el Estado, las comunidades autónomas y los municipios que, en cada caso, optan por una gestión diferente. Las diversas partes implicadas actúan sobre un mismo medio natural que no entiende de límites legales. "Es una locura partir y dividir un medio natural en función de los intereses políticos y económicos", sostiene García, ya que "cualquier actuación que se haga en una playa tiene influencia sobre las zonas colindantes". "Nunca podremos resolver los problemas del litoral si cada organismo actúa de forma independiente", añade el director de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria, Raúl Medina.

Además del coste económico, la regeneración de playas supone una modificación del medio natural. Generalmente se aportan áridos de canteras que deben ser previamente pulidos y lavados, y donde el tamaño del grano no se corresponde con la zona de destino. "Normalmente se utilizan arenas de mayor tamaño, ya que son más resistentes a la erosión, por lo que el oleaje tarda más en arrastrarlas", afirma García. Esto provoca una modificación de las condiciones del medio natural en el que viven los organismos de la zona. Además, "un aporte brusco de arena causa una pérdida de oxígeno generalizada", denuncia el coordinador del Medio Marino de Ecologistas en Acción, Jorge Sáez. En otros casos, la arena se extrae del fondo del mar, de forma que "se destruye el hábitat de los bancos marinos", alega la responsable de Costas de Greenpeace, Pilar Marcos. "La arena es un recurso escaso que debemos gestionar adecuadamente", añade Medina.

Para solucionar el problema, expertos y ONG coinciden en la necesidad de una gestión de costas centralizada, así como de obras que actúen sobre las causas reales del problema. "La costa tiene un futuro muy negro", revela Sardá, ya que a la erosión del oleaje hay que añadir "la que se producirá por el cambio climático". Según el catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada, Miguel Losada, el nivel del mar "va a subir en los próximos años" y, mientras, "los españoles nos hemos quedado mirando como tontos el desarrollismo de la costa. ¿Qué vamos a hacer, regenerar toda la costa cuando suba el nivel del mar?", reflexiona Losada, que finalmente se pregunta: "¿Y quién lo va a pagar?".

Ejemplos

5.070.000 € Costa del Sol (Málaga)

Entre 2004 y 2008 se realizaron dos aportes de arena en la malagueña Costa del Sol: uno de 70.000 m3 y otro de 650.000 m3, lo que supuso una inversión de más de 5 millones de euros. La también malagueña playa de Benalmadena requirió 3.800 m3 entre 2004 y 2008 y está prevista otra regeneración de 200.000 m3. El coste de estas obras supera los 130.000 euros.

630.500 € La Magdalena (Cantabria)

Esta playa recibió 27.000 m3 en 2005, seguidos por otros dos nuevos aportes, uno de 29.000 m3 y otro de 6.000 m3. En el futuro está prevista otra regeneración de 35.000 m3. El precio total de estas operaciones asciende a 630.500 euros.

780.000 € Playa Granada (Motril)

La playa Granada de la localidad de Motril recibió 50.000 m3 de arena entre 2004 y 2008. El Gobierno ya ha previsto un nuevo aporte de otros 70.000 m3. El volumen de arena supone un gasto de 780.000 euros.

541.540 € Isla Canela (Huelva)

La playa andaluza de Isla Canela recibió entre 2004 y 2008 dos aportes de arena; el primero de ellos de un volumen de 41.000 m3, seguido de una segunda regeneración consistente en 42.300 m3. El prespuesto total supera el medio millón de euros.

Via: Publico

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