Equipos de bomberos han reanudado el lanzamiento de agua con cañones sobre el reactor 3 -el único con plutonio- de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón) para tratar de bajar su temperatura, en una operación que está previsto se prolongue durante siete horas.
Según la televisión nacional NHK, los bomberos estacionaron frente al reactor un vehículo controlado a distancia para lanzar agua sobre la piscina de combustible de la unidad 3, en el tercer día de operaciones para evitar que las barras almacenadas en ese recipiente queden expuestas al aire.
El agua marina llega por una manguera de unos 300 metros al cañón del camión, que la lanza desde una altura de 22 metros sobre la piscina.
El lanzamiento de agua en el bloque 3 realizado este viernes redujo algo la presión en la cámara del reactor, según se desprende del último informe de la agencia de seguridad nuclear japonesa NISA.
Enfriar la piscina del reactor 3 es desde hace días la prioridad de los operarios de la central, puesto que allí se encuentra una gran cantidad de combustible utilizado que, al bajar el nivel del líquido y calentarse, puede llegar a incendiarse y desprender radiactividad.
Más radiación para los trabajadores
Por otro lado, el Gobierno se está planteando la posibilidad de establecer un sistema para lanzar agua sobre los reactores durante 24 horas y no en intervalos de tiempo como se está realizando ahora.
"La situación en el complejo nuclear sigue siendo impredecible. Pero al menos estamos impidiendo que las cosas se deterioren", dijo el portavoz del Gobierno, Yukio Edano.
El principal problema del sistema que se está siguiendo ahora es que se pierde mucho tiempo entre cambio y cambio de los camiones cisterna cuando lo mejor sería que el agua estuviera llegando constantemente.
La operadora de la planta nuclear de Fukushima, TEPCO, ha aumentado el límite de radiaciones al que permite que sus trabajadores se expongan en situaciones de emergencia.
la compañía elevó hasta los 150 milisievert por hora el nivel máximo al que podrán trabajar sus técnicos en el exterior de las instalaciones de Fukushima Daiichi, por encima de los 100 milisievert a los que normalmente se les permitía operar durante una emergencia, según la televisión pública NHK.
Cañones con más potencia
Según la NHK, las autoridades han enviado además hacia Fukushima otro tipo de cañón de agua con más potencia, similar al utilizado en la crisis de Chernóbil, que está previsto llegue a la central en las próximas horas.
Por otra parte, la Agencia de Seguridad Nuclear ha indicado que la temperatura de las piscinas de combustible se han incrementado en los reactores 5 y 6, pero se espera que descienda en las próximas horas ya que las bombas de refrigeración funcionan en esas dos unidades y se ha perforado sus cofres para hacer llegar agua a las piscinas de combustible de dichos reactores.
Las unidades 5 y 6 son los menos dañados de la planta, ya que, a diferencia de los reactores 1 a 4, los sistemas de refrigeración fueron capaces de seguir trabajando después del terremoto y el tsunami.
Los ingenieros que trabajan en la central han conseguido instalar un cable de energía eléctrica hasta el reactor 1 y 2, aunque todavía no han devuelto el flujo de energía a la planta. "Si el trabajo de restauración se completa, seremos capaces de activar varias bombas eléctricas y arrojar agua a los reactores y piscinas para combustible nuclear gastado", declaró un portavoz de Tepco.
El Gobierno de Japón evacuó esta semana a más de 200.000 personas en un radio de 20 kilómetros de la planta, al tiempo que recomendó a aquellos entre 20 y 30 kilómetros que no salieran de sus casas y mantuvieran las puertas y ventanas cerradas.
No obstante, algunos residentes impulsados por la inquietud han incumplido la orden de permanecer en sus casas, lo que ha llevado a las autoridades a instarles a tomar sus vehículos en lugar de caminar, llevar máscaras, no exponer su piel y evitar la lluvia, según NHK.
Por su parte, Renate Czarwinski, experta en radiación del OIEA, aseguró que las dosis de radiación registradas en la zona del desastre han bajado sustancialmente en los últimos días. Por ejemplo, en Tokio, que se encuentra a 230 kilómetros de Fukushima, la radiación medida ha descendido desde un máximo de 0,5 microsieverts por hora el 15 de marzo hasta menos de 0,1 dos días más tarde.
La exposición a 100.000 microsieverts por año es el umbral aceptado por los expertos para considerar evidente el riesgo de desarrollar un cáncer. Andrew precisó que con los niveles registrados en las ciudades japonesas no existe por ahora ningún riesgo para la salud humana, "a menos que la situación empeore dramáticamente".
Vía: El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario