miércoles, 1 de septiembre de 2010

Sigue la lucha por la tierra: Greenpeace contra petroleras en el Ártico


La batalla ecologista se ha trasladado al Ártico. Activistas de Greenpeace se han encaramado a una plataforma de extracción de petróleo en Groenlandia, donde la compañía Cairn Energy anunció hace una semana que había empezado a extraer gas natural. La acción es un intento de frenar la explotación industrial de una de las zonas más remotas y vírgenes del planeta. Los ecologistas reclaman que haya una moratoria para la búsqueda de combustibles fósiles en las latitudes boreales.

Aunque rico en recursos mineros, el Ártico ha sido hasta ahora inaccesible debido a sus frías temperaturas y el hielo. Ahora, se ha convertido en la última frontera en la búsqueda de recursos. A medida que el hielo marino retrocede por la subida de temperaturas en todo el planeta, se abren zonas que habían permanecido vedadas históricamente al hombre.

Así, este verano, la compañía escocesa Cairn Energy ha anunciado que ha obtenido éxito en su búsqueda de hidrocarburos en la bahía de Baffin, al oeste de Groenlandia. El calentamiento global provoca situaciones paradójicas. A medida que la Tierra se calienta debido a la emisión de CO2 y la quema de petróleo, resulta más fácil acceder a áreas remotas en las que buscar más petróleo y seguir contribuyendo al fenómeno.

A diferencia de la Antártida, protegida de la explotación comercial por un tratado internacional que la consagra como reserva, el Ártico no tiene ningún estatus de protección. Ha sido sólo su inaccesibilidad lo que lo ha apartado de la explotación y de los riesgos inherentes a la actividad industrial, como la contaminación o los efectos de la presencia humana. Por tanto, lo que se está viviendo es una carrera de los países y las industrias por ser los primeros en posicionarse en el Ártico y adelantarse en la extracción de sus riquezas.

Según narra Greenpeace, cuatro activistas han eludido el dispositivo de seguridad y han accedido a una plataforma petrolífera de la compañía británica Cairn Energy en Groenlandia. Los cuatro voluntarios se han descolgado de la plataforma y permanecen suspendidos a 15 metros sobre el mar, lo que ha obligado a paralizar las labores de perforación.

Los escaladores cuentan con tiendas de campaña y víveres suficientes para permanecer suspendidos durante varios días.

La acción dista de ser simbólica. Puede resultar muy dañina para los intereses de la compañía, explican en Greenpeace. "Si se logra detener las labores de perforación tan solo durante un corto periodo de tiempo, la empresa petrolera tendría serias dificultades para completar la prospección antes de que comiencen las duras condiciones invernales que obligarían a parar las operaciones hasta el próximo año, lo que daría tiempo suficiente para intentar alcanzar una prohibición mundial de estas operaciones en aguas profundas", afirma la organización.

Según añade en un comunicado de Greenpeace uno de sus activistas participantes en la acción, el estadounidense Sim McKenna, "es necesario mantener a las empresas energéticas fuera del Ártico y acabar con la adicción al petróleo, por eso vamos a frenar la actividad de esta plataforma de perforación durante el tiempo que podamos. El desastre de BP en el golfo de México ha demostrado que hay que buscar alternativas al petróleo. Esta plataforma es la que puede desatar la fiebre del petróleo en el Ártico, lo que supone una gran amenaza para el clima y pone este frágil entorno en riesgo".

Vía: El Mundo

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